9 de julio de 2013

RETOMANDO LA SEXUALIDAD

Oihana Ozkariz Collar

Es muy fácil relegar al olvido su significado para la vida humana. Puede suponerse con seguridad que será necesario el trabajo de muchas generaciones para que la sexualidad sea necesariamente encarada tanto por la ciencia oficial como por los profanos. Probablemente ello no sucederá hasta que problemas de vida y muerte fuercen a la sociedad misma a consentirlo no solamente a quienes lo estudian sino realizando ella misma tales estudios. Uno de esos problemas de vida y muerte es el cáncer; otro, la peste psíquica que hace posible la existencia de los dictadores.
                                                                                                      “La función del orgasmo” Wilheim Reich

 Existe una gran necesidad de una mayor comprensión de la sexualidad como expresión emocional. Un siglo después de la represión victoriana y con una revolución sexual entre medias, nos encontramos en un momento en el que, como muchos otros aspectos del ser humano, el uso más extendido y políticamente correcto del conocimiento sobre la sexualidad se utiliza con el objetivo de perpetuar el sistema de consumo actual.

 De la misma manera en que los problemas emocionales de una persona y sus problemas sexuales reflejan la misma perturbación en su personalidad, podemos decir que los problemas sexuales de una sociedad reflejan la misma perturbación en esta misma sociedad. La liberación sexual se ha convertido en la liberación virtual. En mujeres y hombres pixelados que no terminan de madurar. Cualquier imagen vale para movilizar a las personas para conseguir el objetivo marcado. La aceptación y normalización de esta perversión de la sexualidad provoca no solo que seamos tratados como números cómo se decía hace tiempo, sino que ante la visión real de un ser humano dolido y afectado las personas reaccionen con total indiferencia, pues lo confunden con otra imagen, con otro acto teatral para lograr objetivos marcados.

 La imagen de cuerpos cuidados y “perfectos”, de movimientos entrenados que invitan a ser atractivos y admirados para la consecución de los logros deseados (logros políticos, empresariales, familiares, relijisos…), no están preparados para entrar en contacto. Sin embargo, esto es lo que pretenden trasmitir.

 ¿Qué problemas de personalidad, qué problemas emocionales y sexuales podría tener una persona que gestiona sus emociones, que gestiona su cuerpo y que a través de diferentes técnicas ha logrado tener en su vida todo lo esperado? Alexander Lowen dedicó el primer capítulo de “Orgasmo y amor” a la diferenciación entre la sexualidad sofisticada y la sexualidad madura. Esta diferenciación nos permite comprender como la desviación de la satisfacción de la necesidad básica del ser humano de contacto y amor lleva a las personas a una búsqueda de satisfactores externos que nada tienen que ver con la necesidad inicial antes mencionada.

A. Lowen describe una persona sexualmente sofisticada como alguien que en apariencia se ha liberado de toda culpabilidad sexual, pero tiene miedo de no funcionar adecuadamente, pretende controlar su impulso sexual, tiene dificultades con la soledad y tiende a la intelectualización para esconder su falta de sensaciones corporales. En la madurez sexual la persona es consciente del propio estado de salud, de su nivel energético y de la movilidad de su cuerpo. No hay pretensiones sino realidad. Los acontecimientos de la vida cotidiana son parte de sí y sabe que no existe la perfección. La satisfacción sexual está unida a la satisfacción general en la vida.

 La sexualidad es la expresión de la vida y la antítesis de la muerte; es la expresión íntima del amor. La expresión de un sentimiento hacia el otro. El contacto yo-tú, donde la imagen se rompe y la humanidad de la que estamos hechos toma el control de la relación.

1 comentario:

Unknown dijo...

Artículo que trata de algo vital y que es necesario tratar en todos los ámbitos relacionales: domésticos y sociales. Hay algo que impulsa ese aspecto sano de la sexualidad y que en Izkali está muy presente, el contenido creativo y el continente creador, el instante poético y la llama experiencial, el proceso en la sexualidad y el placer como impulso y cambio. Me alegra leeros. Un abrazo.