9 de marzo de 2013

LA SALUD

La salud es un estado de bienestar y equilibrio en el que nos sentimos resistentes para encarar con tenacidad la actividad prolongada; robustos pues percibimos la solidez del organismo; enérgicos al realizar las tareas con brío e intensidad; con vigor al desarrollar eficazmente los desempeños cotidianos; inmunes y protegidos ante presiones externas que pudieran desestabilizar el organismo; con fortaleza para ocupar nuestro lugar en el mundo; y, potentes, recios y fornidos en nuestra presencia en el espacio-tiempo o mundo.

Todas y cada una de estas características propician la aceptación e incorporación de los cambios continuos que se producen dentro del organismo y en el entorno en el que se desenvuelve, así como en los límites del contacto entre ambos. Por tanto, se requiere de una adaptabilidad inmediata y continua a las variaciones que se producen en la frontera del contacto entre ambos, en el entorno próximo, en el cercano y en el lejano; si bien, es en los límites del contacto donde tenemos mayor capacidad de observación y percepción inmediata de dichos cambios.

Por otra parte, estas condiciones se producen bajo la auto regulación organísmica que se da en el presente continuo del devenir, sin pausas y sin interrupciones; ya que, sucede de forma simultánea a la continua sucesión de cambios vitales, materiales y circunstanciales que conforman lo que llamamos vida. La consecuencia derivada de estos fenómenos es que los seres vivos experimentamos una vitalidad renovada según van concluyendo los procesos de auto regulación, y se produce la reorganización de la experiencia, de los que tenemos una mayor consciencia y conciencia las personas.

Desde la perspectiva de la teoría de la Gestalt, la salud responde a la percepción de  un estado de armonía y bienestar derivado de los procesos de homeostasis que se producen dentro del organismo y entre éste y el entorno en que se desarrolla. El organismo modifica el medio en el que se encuentra, de forma efímera y de forma perdurable. El medio modifica al organismo de forma efímera y perdurable. Si bien, a ambos les atribuimos y reconocemos la cualidad de la flexibilidad y plasticidad que les permite deshacer, reparar y rehacer las modificaciones influidas mutuamente.

También, la capacidad para asumir las actitudes relativas a la pertenencia a una clase de seres, y la unión con seres semejantes y de otros diferentes, es decir, reconocerlas, considerarlas en la convivencia, y alcanzar el compromiso personal y social para  modificarlas, lleva a alcanzar la integridad individual y la eficacia interrelacional necesarias para el bienestar. Además, el reconocimiento de las actitudes y las valoraciones que hacemos de ellas, ayudan a construir un pensamiento ecológico, adaptado y autorregulado, y una experiencia de vida holística en la que la consideración de todas las partes amplifica la fuerza vital.

En el otro polo, cuando no somos capaces de distinguir estas situaciones de regulación en el organismo se está dando una concatenación de fuerzas de resistencia, defensa y  bloqueo que llegan a paralizar funciones insustituibles. Y es en este proceso en el que se desarrolla el decaimiento de la vitalidad, la paralización, la enfermedad y en su gravedad extrema la muerte. Además de manera paralela, se produce un proceso de desestructuración no adaptativa por una falta de organización de la experiencia. Este estado es el que se reconoce como malestar, desequilibrio o enfermedad.

Para mantenernos alineados con los aspectos que favorecen la auto regulación, conviene considerar el miedo al cambio de estado, al envejecimiento y a la muerte. Procesos ineludibles que la conciencia registra, interpreta y trata de modificar las condiciones en que ocurren, a la luz de las experiencias vitales previas, y del conocimiento del carácter y de la personalidad que nos representan.  Por tanto, el conocimiento de sí, de la historia personal o biografía,  y del carácter y la personalidad que conforman la psicodinámica personal, dotan de un mejor pronóstico a la salud percibida, tanto  desde una perspectiva subjetiva como de una objetiva.

Maribel Gómez Sanjuan

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