26 de febrero de 2013

PRESENCIA, ESTAR PRESENTE

 En la lápida de una tumba romana perteneciente al siglo I de nuestra era, encontrada en la antigua Abdera (Adra, Almería), se lee este epitafio: “No fui nada, y ahora nada soy. / Pero tú, que aún existes, bebe, goza de la vida... / y luego ven”.

 La palabra presencia viene del latín praesentia y viene a decir “la cualidad de estar delante de”. Experimentamos, sin embargo, la vivencia de estar delante de un grupo de personas y no estar con ellos. O viceversa, tener a alguien delante nuestro que decimos que no está con nosotros. Quien sí está presente se da cuenta de que está habiendo una pérdida de contacto con él otro y le llegamos a preguntar ¿Dónde estás? o ¿A dónde te has ido? Esto se debe a que a pesar de que el cuerpo de la persona está presente en esa circunstancia, su atención no está enfocada a la observación que los sentidos de su cuerpo presente, están percibiendo. ¿Dónde está la atención? En Gestalt decimos que está en la fantasía, llamamos fantasía a todo aquello que no ocurre en el tiempo vivencial del aquí y el ahora. Por ello cuando nos desplazamos a través del pensamiento tanto al pasado, como al futuro o a un pensamiento sobre la interpretación del presente, estamos perdiendo contacto con lo que sucede en el presente. Nuestros puntos de contacto con el presente son los sentidos. Así diremos de una persona que está presente cuando esta delante de y en contacto con lo que sucede tanto internamente como externamente. 

 Dhiravamsa (2008, 70) responde a este respecto en Meditación Vipassana y Gestalt diciendo “Tenemos que aprender a estar presentes en todo momento: presentes en el cuerpo, en la mente, en una sensación, en un sentimiento, en el corazón, en el espíritu. En pocas palabras, nos entrenamos para vivir plenamente en el aquí y ahora, ya que hacia donde nos dirigimos es, precisamente, al mismo lugar donde estamos.” Cultivar y entrenar nuestros sentidos es una práctica sencilla que nos permite tener afinados nuestros canales de contacto con el presente. Cuando focalizamos nuestra atención en las diferentes percepciones de nuestros sentidos durante un breve periodo de tiempo, nos causa una rápida sensación de estar centrad@ y en el caso de no haber mantenido la atención firme nos da una idea de lo descentrados que estamos. Al estar presentes dimensionamos la realidad que vivimos. 

Cuanto mayor es la capacidad de una persona para percibir a través de sus sentidos lo que sucede tanto en el mundo exterior como en su interior, mayor es su capacidad de percibir el presente que está viviendo. Esto nos permite tener una mayor información tanto cualitativa como cuantitativa de nuestra realidad, lo que nos ayudará a tomar decisiones con mayor eficacia y acierto. El trabajo en el presente, el “aquí y ahora” es uno de los principios básicos de la Gestalt, junto con la “atención y aceptación de la experiencia” al que está intrínsecamente ligado. Al fortalecer nuestra atención y aceptación de la experiencia del presente; sentir el calor del sol en la piel, la sequedad de la boca, el sabor de un melocotón, los sonidos de la ciudad amortiguados tras las ventanas cerradas, el cansancio muscular tras un esfuerzo físico, el olor a carburante al pasar un autobús, el movimiento del cuerpo al respirar, una piedra en el zapato… dejamos de tratar de controlar la experiencia y permitimos que nos afecte en lo más íntimo. 

C. Naranjo al señalar entre los antecedentes de este principio Gestáltico, la filosofía Hedonista hace referencia al “Carpe Diem” del poeta Horacio. En una revisión de la aproximación sobre este tema realizada por Miguel Diez R. (fuentes electrónicas, http://www.letralia.com/207/ensayo02.htm), se puede apreciar cómo desde textos antiguos hasta actuales se insta a vivir el presente cómo una polaridad de la muerte en sus diferentes variantes. Desde la pérdida de cualidades cómo la belleza y capacidades relacionadas con la juventud, cómo por la misma muerte en sí. Estos autores nos exigen vivir al máximo, no por evitar e intentar controlar la muerte, sino por la certeza y aceptación de la misma. 

 De esta manera y retomando nuestra definición inicial, cuando en Gestalt hablamos de presencia, nos referimos a la cualidad de estar delante de y en contacto con la vida. La vida es presente y a través de los sentidos estamos en contacto con ella.

Oihana Ozkariz Collar

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