4 de agosto de 2013

SEXUALIDAD Y CREATIVIDAD

Oihana Ozkariz Collar

 “Nuestros cuerpos “saben” cosas que sólo las comprendemos después de haberlas hecho. Diferentes movimientos van asociados a maneras de pensar. Las sensaciones provocadas por el movimiento de los músculos, las sensaciones corporales y el tacto son poderosas herramientas del pensamiento creativo.” El secreto de la creatividad. Robert y michéle Root-Berstein

 Hablar de sexualidad y creatividad es hablar del cuerpo y de sus infinitos recursos. La sexualidad, el placer y la creatividad son partes integrales y esenciales del ser humano que derivan de nuestro cuerpo. En el cuerpo se sienten el deseo, las emociones y con estas se forja la motivación del proceso creativo.

 Habitualmente se piensa que el cuerpo es un “instrumento” creativo solo utilizado en campos que requieren movimiento como la danza, el teatro, la música o una destreza técnica concreta como pintar, coser o tallar… sin embargo la creatividad en cualquiera de los campos requiere de una habilidad que conlleva la evocación de sensaciones corporales. De hecho, además de nuestros cinco sentidos utilizamos nuestro sentido propioceptivo. Sentido que como señaló el fisiólogo Walter Cannon, incluye también el modo en que nos sentimos visceral y emocionalmente. Solo tenemos que recordar cómo nos sentíamos al intentar resolver un problema matemático en la escuela y cuál era la sensación corporal que teníamos al resolverlo para tener un ejemplo de esto.

 Tanto los griegos como los romanos plantearon esta unión en entre la sexualidad y la creatividad a través del mito de Afrodita, los primeros, y Venus, los segundos. Mito que constituye una tremenda fuerza para el cambio. A través de ella fluye la atracción, la unión, la fertilización, la incubación y el nacimiento de una nueva vida (Gladys Janey Ríos Palacios, 2011). Esta creación puede ser abstracta –un trabajo creativo- o, un bebé. Venus es la musa que inspira y acompaña la interacción entre al/la creador/a y su obra, destacando el valor de las relaciones afectivas, la experiencia subjetiva y el espacio vincular, cuestionando la ejecución que solo está al servicio de la productividad. Representa el disfrute de las experiencias sensoriales, sensuales y estéticas.

En Gestalt hablamos del ciclo de la experiencia para describir las fases del contacto y la retirada que se dan entre un organismo y su ambiente para satisfacerse. Descubrimos que este ciclo se ve perjudicado cuando un organismo procura satisfacerse de la misma manera en circunstancias diferentes y es cuando podemos hablar de que hay un desajuste creativo. Esto es, la persona no es capaz de crear nuevas formas para concluir sus nuevas experiencias.

El proceso creativo, y no solo la creación, es el proceso de cambio y transformación que ocurre en nosotros como forma de acercarnos a nuestro objeto de deseo, de concluir una Gestalt. La flexibilización, extensión y profundización de los patrones mentales que habitualmente usa una persona para resolver cualquier asunto, conlleva de forma inherente una amplitud corporal que permite la liberación del deseo y la emoción. Es por esto que durante el proceso creativo se da un despertar sexual. Resolver y satisfacer cualquier experiencia en la vida nos produce cuanto menos un sereno placer físico.

 Este proceso, cuando se da con total entrega, está acompañado de un cambio profundo una transformación del ser, requiere de sacrificio, aceptación del dolor y la vulnerabilidad, responsabilidad, compromiso, sinceridad y apertura al placer.

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