4 de enero de 2012

III CONGRESO INTERNACIONAL DE INTELIGENCIA EMOCIONAL

Tras nuestra asistencia al III Congrego Internacional de Inteligencia Emocional realizado este año en Opatija, Croacia, pretendo exponeros algunos de los diferentes temas que se presentaron en el. Elegí los temas interesada, sobre todo, en encontrar inspiración para el trabajo que estamos realizando en el Instituto Izkali con la Inteligencia Emocional. Recientemente, hemos puesto en marcha un Programa breve individual con la intención de enfocar los fundamentos Gestálticos a la Inteligencia Emocional. Así pues, quería conocer los diferentes modelos que describen la I.E. y las investigaciones que se están realizando en relación al desarrollo de la persona.


La primera exposición que llamó mi atención fue saber qué dice Alaide Dantas sobre el lado oscuro de la Inteligencia Emocional. Presentó una investigación sobre la ya conocida importancia de la sonrisa, sus múltiples beneficios físicos y el efecto que esta tiene en las personas a quienes va dirigida. Comentó como el poder de la sonrisa para lograr confianza, cercanía y bienestar es utilizado en muchas ocasiones de forma no genuina. Esto es, sabiendo el fuerte efecto que produce en los demás, se utiliza de manera controlada para conseguir a través de los efectos que produce, que el otro haga lo que yo deseo.

Este debate, en realidad no es algo que concierne solo al poder que nos ofrece sobre los demás el desarrollo de la Inteligencia Emocional, sino que podríamos extenderlo a todo conocimiento psicológico en general. Cuanto más nos conocemos y sabemos sobre nosotros mismos, mayor es el conocimiento que tenemos sobre los demás. Este conocimiento puede servir tanto para ser más auténticos como para aumentar el control sobre nuestra vida o la de los demás. Me pregunto ¿cuál es la responsabilidad que tiene la persona que ayuda a aumentar este conocimiento de la I.E., sobre el uso que se va hacer de él?, ¿es realmente el objetivo de las empresas el auténtico bienestar personal de sus empleados con el beneficio secundario que esto le puede aportar a la propia empresa o es porque desean reconocer las motivaciones personales de sus trabajadores para saber incentivarlos hacia el logro de los objetivos empresariales?, ¿se toma en cuenta esta intencionalidad a la hora de ofrecer el acceso a esta información?... Aunque no nos podemos hacer responsables del uso que otros pueden hacer con el conocimiento que nos ofrece la I. E., sí creo que somos responsables antes de dar esta información, de hacer reflexionar a la persona interesada sobre cuáles son sus motivaciones e incluso en el caso de darnos cuenta de que se está realizando un mal uso, negarnos a continuar con esta enseñanza. De igual manera, somos responsables de favorecer la conciencia de los pacientes o alumnos sobre sus intereses reales hacia la I.E. y señalar aquellos momentos en los que este conocimiento está al servicio del logro, en vez de la realización personal. Con esto quiero decir que necesitamos ser conscientes por ejemplo, de si deseo aprender sobre la I.E. porque quiero conseguir no estar sola o porque quiero aprender a estar sola. La persona emocionalmente inteligente sabe vivir en soledad, y tiene la capacidad de relacionarse con los otros.

Otro tema que me resultó interesante fue la posibilidad de medir la Inteligencia Emocional. Uno de los mayores problemas en la medición de la Inteligencia Emocional es como hacer para determinar la capacidad de percepción emocional de una persona. Esta es una de las capacidades básicas para desarrollar la I.E.. Durante esta semana se habló y debatió sobre esta dificultad y la limitación que esto supone en el conocimiento sobre la Inteligencia Emocional. Uno de los problemas es la descontextualización de cualquier test o cuestionario a la hora de pasarlo. La técnica de utilizar fotos o imágenes en las que hay que reconocer la emoción que se refleja, reduce los datos perceptivos al campo visual, deja a un lado el lugar y el tiempo en el que suceden y detiene el proceso de la expresión en movimiento.

Uno de los fundamentos básicos de la Psicoterapia Gestalt es el principio de la relación indivisible entre el fondo y la forma. El desarrollo de la atención en el todo, y no solo en una de las partes, y la integración total de este todo es uno de sus objetivos para el posible desarrollo total de una persona. A su vez, otro de sus principios, el principio del “Aquí y ahora” se basa en la idea de que el aquí y ahora es un constante continuum en el tiempo y en el lugar donde estamos y que todo nuestros recuerdos del pasado y visiones del futuro se dan en este mismo momento junto con el presente. Así pues la terapia Gestalt desarrolla una atención constante y fluida. Estos fundamentos básicos explican, entre otras cosas, el vivo interés de la Gestált por la intervención, la práctica y experimentación de diferentes formas de trabajo sobre la percepción de un@ mism@ y el mundo que nos rodea, y su estudio fenomenológico, aportando como consecuencia un gran número de métodos y técnicas que desarrollan la percepción emocional.

Queda claro que a pesar de no contar todavía con maneras de medición para la percepción emocional, resulta patente que esta percepción requiere de una atención total en los sentidos que poseemos, integradora de nosotros mismos y el contexto que nos rodea, y fluida en el tiempo y el espacio.

Durante el congreso se expusieron múltiples estudios e investigaciones sobre la Inteligencia Emocional. Para que un estudio muestre unos datos estadísticos fiables además de un buen trabajo metodológico y un buen diseño en la investigación, que haya un número importante de sujetos a estudiar facilita su fiabilidad. Por esto muchas de estas investigaciones se realizan en lugares donde mayor número de sujetos se puedan encontrar y se puedan mantener a lo largo de un considerable periodo de tiempo. Estos lugares son los centros educativos y Universitarios y algunos colectivos como trabajadore/as de Centros Sanitarios. Esto hace que, entre otras causas, se estén realizando muy pocos estudios sobre los beneficios de las intervenciones en la Inteligencia Emocional en el ámbito de la psicología clínica privada. Sin embargo, los estudios que se están realizando están demostrando una correlación significativa entre la Inteligencia Emocional y agresividad, el stress, el bienestar, la felicidad, el burnout….

En general dentro de la Inteligencia Emocional hay dos marcos teóricos uno hace referencia a las cuatro ramas que describen Salovey y Mayer, este marco teórico tiene gran relevancia en el campo de la investigación pues el test más consolidado hasta la fecha se basa en la medición de estas cuatro ramas. El otro marco teórico se ha desarrollado a través de la descripción que Daniel Góleman hizo en su libro sobre la I.E., que a su vez se basó en los estudios de Salovey y Mayer, apoyado en las diferentes habilidades de la I.E. Aunque estos son los dos marcos teóricos relevantes se están creando nuevas visiones y aportaciones

Otra de las exposiciones interesantes la realizo el portugués Pablo López quien hablo sobre la flexibilidad en el campo de las emociones. La mayor demanda hacia la Inteligencia Emocional surge de la idea de la existencia de emociones correctas o expresiones emocionales buenas, y que esto lo vamos a conseguir a través de pautas concretas. Esto es, lograr un conocimiento sobre ¿qué debería de sentir?, ¿Es normal lo que siento?, ¿Qué es lo que tengo que hacer cuando me enfado?... Aunque a un nivel conductual es verdad que se pueden trabajar o facilitar unas pautas de pensamiento o respuesta que nos pueden ayudar en el manejo de nuestras emociones, tales como técnicas de relajación o de descarga, pensamiento positivo o valoraciones de riesgos…, como comentó Pablo López es muy difícil enseñar a la gente a manejar emociones profundas. Sin embargo, más allá de esta dificultad, ¿realmente sabemos cuál es el manejo adecuado en cada situación para cada persona concreta? Si algo nos ha mostrado la experiencia en este campo es, que lo que a unos les hace bien, a otros no les causa ningún efecto en el mejor de los casos. O que, algo que nos sirve en una situación, en otra parecida no nos sirve. El manejo flexible de las emociones es muy importante. No se trata de entrenar a la gente en respuestas emocionales simplistas, sino en aumentar su repertorio. Así, el desarrollo de la I.E. tiene que estar basado en las historias personales de cada uno y trata de enseñar a pensar sobre las propias emociones.

Para finalizar, hubo una exposición muy interesante que por su sencillez pudo pasar desapercibida para algunas personas, y fue el problema emocional que abordaron Elena Aleshina y Sergey Shabanov, sobre el drama global de la Inteligencia Emocional. Todos los modelos sobre la Inteligencia Emocional incluyen el darse cuenta emocional como una de las competencias principales a desarrollar. Y a su vez, como hemos comentado anteriormente es una de las competencias más difíciles de medir y evaluar en la práctica. Parece algo fácil saber cómo uno se siente en cada instante, pero no es así. De hecho, Sergey nos propuso algo muy Gestáltico, durante la exposición nos invitó a decirle a la persona sentada a nuestro lado “cómo me siento ahora”. De entre todo un ramillete de colegas de la profesión y expertos en la materia, l@s más precipitad@s se apresuraron a contestar cansad@s, de los demás salieron risas y bufidos.

¿Por qué nos resulta tan difícil tomar conciencia de nuestras emociones? Más allá de la evidencia de que cuando sentimos fuertes emociones nuestra capacidad lógica disminuye considerablemente, estos autores enfocan la atención a la ausencia de un lenguaje emocional. En terapia es muy habitual que un paciente no encuentre la palabra que precisa para describir su estado anímico, emocional o afectivo, y en ocasiones esta falta de palabras dificulta o bloquea el propio flujo de la experiencia. En Gestalt entendemos a través de “el ciclo de las necesidades de Zinker” o “el ciclo de la experiencia” que toda experiencia responde a un proceso en flujo hasta la consecución o satisfacción de esta experiencia. El primero de los pasos de este proceso es la sensación o el inicio de la excitación de la energía corporal en relación a un acontecimiento, el segundo paso es la toma de conciencia de esta activación (en nuestro caso la emoción) que me orientará a la finalización del proceso a través de otros pasos. Esta toma de conciencia depende de que me dé cuenta de lo que me sucede.

En este punto la Terapia Gestalt anima a la creatividad de cada uno e invita a que el estado emocional se describa a través de colores, gustos y sonidos, una descripción simbólica de lo que sucede y para procesos emocionales más complejos a través de dibujos, escritura, música, metáforas y expresiones más elaboradas. Esto no está solo al servicio de la expresión emocional como se ha podido mal interpretar en ocasiones, sino para una mayor conciencia y elaboración e integración de la experiencia o emoción concreta.

Aún y todo, recuperar el lenguaje existente e integrarlo en la vida cotidiana es una tarea que favorece la conciencia emocional. Diferenciando palabras como culpable, arrepentid@, recelos@, compasiv@, sentir pena por alguien, impertérrit@, dur@, insensible, estancad@, estanc@, audaz, atrevid@, animad@, valiente, seri@, templad@, triste, decaíd@, desganad@, desarraigad@, abandonad@, sol@, aislad@…

Como hemos visto la Inteligencia Emocional es un aspecto mental que afecta activamente en nuestra capacidad creativa, nuestra adecuación a las situaciones y sobre todo a nuestra capacidad auto-reguladora. Esto es, mi capacidad para moverme en mi medio, la familia, la escuela, el trabajo etc… de manera beneficiosa. Es un tema cuyo interés va aumentando. El número de investigaciones, estudios o artículos referidos a este tema se han incrementado en los últimos 10 años en un 20% y también los programas de aplicación en diferentes ámbitos tanto públicos, como privados. El trabajo propio que estamos desarrollando en Izkali basándonos en la aplicación de los fundamentos de la Gestalt y lo manifestado en este Congreso Internacional de Inteligencia Emocional me lleva a comprobar cómo la práctica gestáltica contribuye al desarrollo total de la Inteligencia Emocional.

Oihana Ozkariz Collar

No hay comentarios: